Así que, ¿por qué razón no ir tras nuestros sueños? Nos referimos claro a proyectos con sentido y con posibilidades de realizarse con éxito. Es cierto que hay riesgos y que tendremos que sortear obstáculos, pero perseguir un sueño es algo por lo que merece la pena vivir.
Para obtener los mejores resultados, tanto en calidad como en rapidez, nada mejor que hacer uso del Coaching, tan en boga hoy en día por sus numerosos beneficios.
“La vida es ir ganando y perdiendo cosas, al final pierdes todo, pero si adquiriste sabiduría, habrás ganado.”
Susami Nadhín
Superar el miedo
Uno de los principales obstáculos para tomar las riendas de nuestra vida es el miedo. Sentir miedo es sin duda un obstáculo para llevar a cabo nuestros proyectos, porque nos enfrentamos a nosotros mismos, pero la buena noticia es que lo podemos vencer.
Si no fuera por el temor a lo que pueda suceder, seguramente asumiríamos más riesgos, nos lanzaríamos a por nuestros sueños, y nos marcaríamos muchas más metas. En definitiva, disfrutaríamos más jugando en la vida, igual que hacemos de pequeños.
Uno de los miedos que necesitaremos superar es el miedo a las críticas o a decepcionar las expectativas de otros e incluso a ser rechazados. Es normal sentir miedo, pero como no conduce a ninguna parte, excepto a la indecisión y paralización, es menester controlar la emoción del miedo y a pesar de él pasar a la acción. La clave es confiar en uno mismo y tener en cuenta también lo que dijo en una ocasión Bill Cosby: “No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de quedar bien con todos“.
Para superar el miedo conviene que nos enfoquemos en lo que uno quiere conseguir. Para ello, funciona mirar el futuro con una actitud positiva y visualizar lo que deseamos. Después, conviene pasar a la acción, lo que requiere superar definitivamente el miedo y “tirarse al agua”. El miedo no desaparece necesariamente de golpe, sino que entonces nosotros no nos centramos en él porque hemos optado por apostar por nuestro éxito, ya sea personal o profesional.
El aprendizaje
“Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo” decía Napoleón. Así que, ¿qué pasa si lo que nos proponemos no sale cómo queríamos? Bueno, ahí es donde se puede destacar la necesidad de un plan alternativo, además de tener una “red” para amortiguar la caída. Se trata de no dejarnos vencer por el desaliento y la falta de resultados, sino de seguir adelante con lo que queremos conseguir, o redefinir nuestro proyecto. Sobre todo, no abandonemos nuestro sueño ante el más mínimo contratiempo.
Si no consideramos la posibilidad de que no ocurra lo que esperábamos, no hemos planificado un plan de acción completo. Siempre es aconsejable tener planes alternativos por si acaso. No es necesario que estén elaborados al detalle, pero sí que contemos con unas ideas como mínimo. Si ya se había contemplado el “fracaso“, entonces puede costar menor “levantarse” e intentar de nuevo caminar, probando otras opciones alternativas.
El “fracaso” también se puede ver, no como algo negativo en sí mismo, sino como un tipo de aprendizaje en nuestras vidas, aunque no sea desde luego lo más cómodo, agradable ni fácil. Se aprende cuando algo no sale como habíamos planeado que tal vez no hemos elegido el camino idóneo para conseguir nuestro objetivo. Así pues, hemos comprobado que el camino elegido anteriormente no nos ha llevado a donde queríamos, por lo cual se trata de escoger otro camino, contando ahora con la experiencia que hemos adquirido y que nos facilitará ahora con más probabilidad alcanzar el éxito.
El Coaching
Si alguien desea llevar a cabo un proyecto, siempre es importante recorrer a una buena organización y estructura, además de crear un plan de acción para seguir paso a paso. Este plan se podrá después adaptar a las circunstancias y flexibilizar cuando haga falta.
Fijar un plan de acción es una manera de saber en cada momento en qué punto nos encontramos y cuál es el siguiente paso para acercarnos a la realización de nuestro proyecto. Se trata de seguir unas pautas que nos sirvan de referente para avanzar.
El apoyo emocional de otras personas también nos ayuda a tomar las riendas y llevar a cabo nuestros proyectos profesionales y personales. En ocasiones, con la ayuda de un amigo o un familiar puede bastar, pero no siempre es así, y muchas veces lo más recomendable es buscar la ayuda profesional de un Coach. De hecho, cuando nos marcamos retos ambiciosos, el acompañamiento en un proceso de Coaching es lo más efectivo.
El Coach es un profesional que brinda tanto el apoyo para crear estrategias y planes de acción, como apoyo emocional en el proceso. Además, puede ayudar a motivar y sacar la energía que una persona necesita para salir adelante en el camino hacia la consecución de sus objetivos, siempre de acuerdo con lo que dice Pitágoras en esta cita: “Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no a llevarla“.
