Las personas pesimistas no son solo negativas, también son cínicas y arrogantes. No solo ven infinidades de problemas en la vida, sino que además prosperan en estas circunstancias.
Muchos de ellos te dirán rotundamente que no son pesimistas sino realistas. En su mundo nada es de color de rosas. Muchas de estas personas están deprimidas, son mentalmente inestables y sienten que el mundo es el lugar más cruel del universo. Quizás necesitemos al pesimista para apreciar al optimista.
“Mantente alejado de aquellas personas que tratan de menospreciar tus ambiciones. Las personas pequeñas siempre lo hacen, pero los verdaderamente grandes hacen sentirte que tú también puedes ser grande.”
Mark Twain
¿Cómo se puede lidiar con los problemas constantes del pesimista? El pesimista tiene expectativas poco realistas de la vida y continúa siendo empujado y arrastrado por la oscuridad y por los problemas de sus circunstancias. En muchos casos este tipo de persona no puede ver la luz al final del túnel. Viven en un miserable estado de oscuridad, crudeza y hostilidad.
5 comportamientos que los pesimistas usan para desanimarte y cómo evitarlos
1. Victimización
La mayoría de los pesimistas creen que son víctimas de las circunstancias o de las situaciones. Ellos viven atrapados en el pasado. Las personas que se sienten atraídas por sentirse victimas tienden a ver los acontecimientos en sus vidas como algo que les sucede y se sienten indefensos y abrumados. También operan bajo la suposición básica de que el mundo debería ser justo, lo cual es la forma de pensar de un niño.
Ellos llevan un letrero que dice: “¡Pobre de mí!” Y todo lo que les sucede está orientado a un evento infantil o pasado. Ellos no pueden salir del modo víctima.
La mejor manera de lidiar con el comportamiento de victimización es que se den cuenta de su actitud. Hágales conscientes cada vez que entren en una actitud pesimista y deténganlos. Las personas pueden enojarse cuando se les pide que analicen su actitud de una manera constructiva. Es importante que aparten los pensamientos críticos y destructivos. Ayude a esa persona a comprender que ya no vive en el pasado y que tienen la capacidad de crear una nueva forma de pensar.
2. Celos
Los celos y una actitud envidiosa se derivan de las inseguridades. La mayoría de los pesimistas no quieren seguir adelante porque creen que se sentirán decepcionados. Por lo tanto prefieren alimentarse de comportamientos tóxicos emocionales de querer lo que otros han trabajado duro. En su propia falta de autoestima no pueden entender por qué son “desafortunados” o no obtienen lo que tan justamente merecen.
La mayoría de las veces, las personas celosas no tienen idea de que son envidiosas. No ven el patrón perturbador en su salud mental. No es raro que tengan rabia o ira por no recibir lo que otro tiene en sus vidas. Lidiar con este tipo de comportamiento es como tratar con un niño egoísta. No puede hacerles entender lo que no están preparados para enfrentar ellos mismos. Ya viven en un estado de negatividad y cualquier crítica productiva se tomará como un rechazo. Lo mejor es reforzar sus buenas cualidades y ayudarlos a encontrar algo para reemplazar los celos.
3. Queja crónica
El quejoso está cargado de una negatividad constante que puede convertirse en un gran desafío para cualquiera a su alrededor. Nada hace que este tipo de personas estén contentas o satisfechas. Son una nube oscura que nunca permite que el sol brille. El quejoso crónico vive en un estado miserable de insatisfacción y transmite ese comportamiento tóxico a los demás. Desafortunadamente, estas personas no se consideran pesimistas. Creen que están señalando las cosas que nadie ve pero de las maneras más molesta.
No puedes convencer al quejoso de que las cosas no son tan morbosas. Tampoco puedes decirles que dejen de reaccionar exageradamente. La mejor manera es validar cómo se sienten, tener empatía y hacerles saber que tú aprecias su aporte. Puede redirigir sus quejas y comportamiento al agregar algo positivo y luego alejándote.
4. Actitud cínica
La mayoría de las personas cínicas tienen poca fe en la humanidad. Están amargados, enojados y no tienen problemas para expresar sus opiniones a cualquiera. Oscar Wilde no lo pudo decir mejor: “Un cínico es un hombre que conoce el precio de todo y el valor de la nada”. A menudo se piensa que el cinismo es inteligente porque las personas cínicas y sarcásticas están llenas de ingenio. Sin embargo, no son solo escépticos sino que están cegados por su ignorancia y sus temores de ver más allá de sus ideas convencionales. Una persona cínica tiene dificultades para dejar la comodidad de sus propias ideas para aprender algo nuevo.
Es difícil tratar con un individuo cínico y de mente cerrada. Debes establecer los límites de lo que puedes conseguir o dalo como perdido. Este tipo de persona no está dispuesta a aceptar estar en desacuerdo. Ellos tienen razón y tú estás equivocado. Lo mejor es no que no intentes conseguir un argumento inteligente porque no pueden ver más allá de sus propios conceptos erróneos. No están dispuestos a aprender nada de ti.
5. Asumen lo peor
El pesimista asume lo peor en todo sin siquiera intentarlo. Creen que nunca tendrán éxito en nada por lo que no se molestan en seguir un sueño. Ellos son impulsados por una nube de fatalidad y tristeza en todo momento. Y este tipo de persona te bombardéala con negatividad cuando compartes un sueño o una meta. Encontrarán el peor escenario posible para evitar que persigas lo que deseas. No está en su composición genética entender cómo alguien puede lograr cosas y tener un resultado beneficioso.
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El pesimista con esta característica es grosero y condescendiente. No saben que son así de negativos y a veces debes enfrentarlo de la forma correcta. Pero sin importar lo que trates de decirles, nunca verán la vida a través de unos lentes de color rosa. Lo mejor que puedes hacer es reconocer sus opiniones y callarte. Argumentar es parte de su programación. No vale la pena tratar de inculcar un nuevo rasgo de personalidad cuando no están dispuestos a ver lo bueno en una situación.