“Sin trabajo duro y disciplina es difícil ser un buen profesional.”
Jahangir Khan
Puede que ni siquiera te des cuenta pero es más que probable que tu productividad esté empezando a disminuir. A medida que cambia y evoluciona el mercado laboral, la productividad va aumentando y para aquellos que no se adaptan pueden que pierdan el tren y con ello muchas oportunidades. Es imperativo que no permitas que esto te suceda y que puedas mantener un alto nivel de productividad. Este artículo tiene como objetivo proporcionarte una lista de verificación preventiva para que busques indicios de que tu productividad podría no estar a la altura.
Señales que indican que estás matando tu productividad
1. Eres resistente a la tecnología
¿Eres una persona que en tu lugar de trabajo todavía prefiere usar cartas en vez de correos electrónicos? Cuando toda tu oficina se ha cambiado principalmente al uso compartido de información en la nube, ¿Eres el único todavía usa la máquina de fax? Ser resistente a las nuevas formas de tecnología solo puede perjudicarte y mantener tu productividad estancada.
¿Cómo puede ser más productivo cuando usa los mismos dispositivos que hace décadas? En pocas palabras, no puedes. Aunque parezca que aprender estas nuevas tecnologías es una tarea desalentadora, hay muchos cursos y clases que puede tomar para facilitar tu acceso al mundo digital.
Tomarse el tiempo para aprender y familiarizarse con cualquier tipo de ordenador puede ser el paso clave en tu camino hacia una mayor productividad y tal vez sea la más importante.
2. Estás mal organizado
Tal vez pienses que una carpeta puede acomodar todos tus archivos o que un solo cajón puede guardar todas tus herramientas, o tal vez solo tienes mala memoria. Independientemente de la razón, una mala organización puede reducir enormemente tu productividad.
Una utilización efectiva de las carpetas, la clasificación adecuada y la limpieza periódica son factores que contribuyen a una buena organización y si fallas en alguna de esas áreas puede ser momento de reevaluar tu sistema de organización. Si necesitas ayuda, de igual forma hay muchas clases y cursos que puedes tomar tanto en la vida real como por internet o simplemente el pedirle a un amigo que sepa de organización que te ayude podría ser suficiente.
Además hay decenas de aplicaciones para teléfonos inteligentes disponibles de forma gratuita o de pago que pueden ayudarte a organizar tanto tu trabajo como tu vida en general. Si buscas uno o más de estos, seguramente te ayudará con tu organización.
3. No eres bueno interactuando con otras personas
Algunas personas simplemente no son buenas con las interacciones sociales. Si esto es cierto para ti, no es tu culpa ya que es solo parte de tu personalidad. Esto puede ser un gran problema ya que en su mayor parte cualquier trabajo requerirá que sea capaz de comunicarte efectivamente con tus compañeros o clientes. Si bien las habilidades sociales deficientes nunca se pueden remediar por completo, sin duda se pueden mejorar a partir de una base.
Simplemente al practicar la conversación con las personas más cercanas es un gran primer paso pero si quieres dar un paso más, asistir a conferencias o tomar clases también podría ser una buena opción.
4. Dejas que tu vida personal interfiera tu vida laboral
¿Detienes a veces tu trabajo para comprobar cosas triviales como ver cómo va el fútbol o quizás los últimos chismes de las celebridades? Incluso si haces estas cosas de forma irregular, aún puede tener un impacto negativo en tu productividad.
Cuando detienes por completo tu trabajo, pierdes mucho impulso y recuperarlo es difícil. Asegúrate de mantenerte enfocado durante tu trabajo y mantenga las interrupciones al mínimo.
5. Tu posición en tu empresa
¿Alguna vez te has sentido frustrado al ver a alguien con menos tiempo en la empresa siendo elevado a un puesto o a un grado superior al tuyo? Lo más probable es que tu compañía no te esté olvidando. En cambio es posible que no tengas el mismo nivel de productividad que tus compañeros.
Realmente no hay ninguna manera de solucionar esto pero esté atento a situaciones como esta ya que es bueno utilizarlas como una bandera roja.
6. Tu condición física te está perjudicando
¿Cuándo fue la última vez que te pesaste? ¿Estabas satisfecho con el resultado? Un problema con tu condición física a menudo se correlaciona directamente con un problema en la productividad. A medida que te vuelves menos motivado o simplemente mayor, comenzarás a disminuir la velocidad tanto en la oficina como en el gimnasio.
Mantener tu estado físico es un paso clave para el éxito y si no lo haces, ir al gimnasio con regularidad puede ser una gran ayuda.
7. No te gusta tu trabajo
Este punto puede parecer un poco inusual. Si no te gusta tu trabajo, ¿por qué debería preocuparte por ser productivo en él? Puede ser que la razón por la que no te gusta tu trabajo sea porque no eres productivo.
Tu jefe y tu compañía pueden verte como un lastre y no te dan mucho margen de maniobra o respeto debido a eso. Intenta hacer un esfuerzo extra y comienza a aumentar tu propio valor dentro de la compañía y es posible que comiences a recibir un mejor trato de lo que has tenido hasta ahora.
8. Tienes una pobre perspectiva de la vida
Si algo te hace sentir mal también podría estar afectando tu productividad. Ya sea solo una decepción temporal o un problema más serio a largo plazo, encontrar una solución o una forma de animarte a ti mismo sin duda ayudará a tu productividad. Trabajar con un corazón vacío no solo es malo para la productividad sino que también puede hacer que te sientas peor.
9. No tomas descansos
Si bien esto parece contradecir el punto anterior de evitar la distracción, tomar descansos frecuentes contribuye a la productividad general. Tomar un descanso de cinco minutos cada hora más o menos debería ser suficiente para la mayoría. Sin embargo, esto no significa que debas desconectar tu teléfono; solo levántate, camina y tal vez escucha algo de música. Te sentirás más a gusto y podrás superar el día.
10. Te excedes demasiado
¡Aumentar la productividad no significa exceder los límites! Intentar hacer más de la carga de trabajo que una persona simplemente puede manejar no se puede conseguir, y si tus superiores esperan que lo hagas, hable con ellos.
Lo más probable es que se den cuenta de que estás sobrecargado y que eso está afectando negativamente a la empresa y lo más probable es que trabajen para solucionarlo. Independientemente de si tu empresa se preocupa o no por los trabajadores, sí ellos se preocupan por los resultados de la compañia, tratarán de arreglarlo.
Esté atento a estos signos y si estás notando un patrón entre alguno de ellos, puede ser momento de reevaluar tu carga de trabajo. A medida que aumenta la productividad general también debería hacerlo la tuya. Simplemente siga esta guía y los cambios deberían ser evidentes. Tienes la capacidad dentro de ti, ahora solo debes ejercitarla.