Qué es la mentalidad de víctima y aprende a cómo superarla

Cada uno de nosotros hemos sido heridos, ofendidos o hemos experimentado dolor en nuestras vidas. Para algunos esto representa un gran trauma como haber recibido violencia física, haber pasado por una enfermedad grave o haber pasado por un abuso.

Para otros representa un pequeño trauma como haber recibido burlas de pequeño en el patio de recreo o haber sido llamado estúpido.

Muchas veces, el dolor o el trauma que experimentamos no es un resultado directo de algo que hemos hecho, sino de algo que alguien nos ha hecho a nosotros.

Mentalidad de víctima

“Es más fácil ser una víctima culpando a los demás de nuestros problemas porque así no tenemos que asumir el dolor de nuestras propias decisiones.”
David Fishman

En consecuencia, es normal preguntarse por qué sucedió esto, sentir emociones negativas y culpar a los responsables.

Pero cuando esto conduce al inicio de una mentalidad de víctima, una persona puede quedar atrapada en el pasado teniendo sentimientos de amargura lo cual crea una barrera que le impide experimentar la alegría del presente.

¿Qué es la mentalidad de víctima?

“La autocompasión o sentir lástima por nosotros mismos es fácilmente una de las drogas no farmacéuticas más destructivas. Es un narcótico adictivo que proporciona placer momentáneo y separa a la víctima de la realidad.”
John W. Gardner

La mentalidad de víctima no significa que alguien sea simplemente una víctima.

Una víctima es una persona que ha sufrido algún tipo de trauma, dolor o lesión como resultado del comportamiento de otra persona. Muchas personas que han sido víctimas no adoptan una mentalidad de víctima.

La mentalidad de víctima es un tipo pernicioso de mentalidad la cual se convierte en una lente a través de la cual la persona ve el mundo.

Las personas que adoptan esta mentalidad a menudo creen que el mundo está conspirando contra ellos y que no hay nada que puedan hacer para cambiar su situación.

Ellos se centran en culpar a los demás por sus problemas en lugar de aceptar la responsabilidad de su propia curación.

¿Por qué las personas adoptan esta mentalidad?

Ser la victima puede hacerte sentir poderoso. No tienes que tomar decisiones o asumir la responsabilidad de tus acciones. Te sientes justificado en tu amargura y te sientes orgulloso de poder convencer a los demás de que fuiste injustamente perjudicado.

Irónicamente, te sientes seguro de ser la víctima porque todo lo negativo que te sucede puede atribuirse a algo o a alguien más por lo que te libras de cualquier tipo de responsabilidad.

Todas estas cosas perpetúan la mentalidad de víctima y hacen que sea difícil adoptar otra forma de pensar y de ver claramente el mundo que te rodea.

La mentalidad de víctima te mantiene deprimido.

El gran problema con la mentalidad de víctima es que cualquier sentimiento reconfortante es de muy corta duración. Los demás momentos los vives con sentimiento de ira y amargura. Esto te impide disfrutar del presente y compartir las alegrías con los demás.

Morar en la ira y la amargura no cambiará lo que sucedió. Solo sirve para mantenerte en un estado mental de víctima. El victimismo te mantiene viviendo en el pasado y hace que sea casi imposible concentrarte en lo que puedes controlar en el presente.

La respuesta al trauma está bajo nuestro control.

Por mucho que nos gustaría a todos, no podemos cambiar nuestros pasados. Podemos dejar que nuestro trauma del pasado nos dirija o podemos tomar el volante.

Un dolor pasado puede succionarte la vida. Esto sucede y es horrible. Está bien (y es saludable) reconocer el dolor que experimentaste es real, sucedió y pudo haberte cambiado la vida.

Pero TÚ tienes la opción de cómo responder. Decidir cómo avanzar después una pérdida, del trauma o del dolor está bajo tu control.

Adopta una actitud de resiliencia.

Es tu responsabilidad elegir el siguiente paso y decir: “Está bien, esto ya sucedió, realmente fue una mierda, pero ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué he aprendido? ¿Cómo puedo ganar el control de mi vida y sanar?”.

Cada persona tiene una resistencia interior y fortalezas que pueden ser aprovechadas en estos tiempos. Cuando tomes el control de tu vida, reducirás los sentimientos de amargura, la ira y la autocompasión.

Puede que la vida no vuelva a ser la misma pero eso no significa que no puedas tener una vida increíblemente satisfactoria y hermosa.

Es posible practicar la autocompasión y el amor propio a través del proceso de la curación.

No te equivoques, enfrentar esos demonios será un desafío, pero también encontrarás libertad al no permitir que tu pasado te impida crear el futuro que deseas.

¿Cómo has lidiado con la mentalidad de víctima, ya sea personalmente o con alguien que conoces? Deja un comentario a continuación


Sobre el Autor

Desde joven siempre tuve inquietud por los temas relacionados con el desarrollo personal pero no fue hasta hace algunos años cuando decidí convertirme en un estudiante activo de la psicología positiva, la motivación y la búsqueda del éxito y la felicidad. Autor del libro Camino a la superación.

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