Tradicionalmente, la vida consistía en trabajo, hogar y familia. Las personas dedicaban la mayor parte del día a trabajar: ya fuera en el hogar y/o en el empleo.
Actualmente, no es que haya cambiado mucho el hecho de trabajar durante muchas horas (aunque relativamente en mejores condiciones que antes). Pero, poco a poco, sí se está tomando cada vez mayor conciencia sobre la importancia de disfrutar de más tiempo para el ocio.
Ello ha permitido el surgir de un pensamiento colectivo que muchos sistemas intentan oprimir o imponer el suyo desde el exterior. Ahora, lo que buscamos es ser felices desde el interior.
La felicidad personal, por tanto, tiene que ser la primera prioridad de todas las personas. La finalidad en esta vida.
Vivir para ser feliz.
Pero… ¿cómo ser feliz?
Algunos ejemplos de sistemas ilusorios de felicidad
Como popularmente se dice: la felicidad no la da el dinero. Que ayuda, puede, yo no lo sé porque siempre vivo al límite.
También, con la existente desigualdad en la distribución de la riqueza, pocas personas (proporcionalmente) pueden dar fe de ello.
No obstante, seguimos creyendo, y con razón, que la felicidad no puede estar (ni está) en algo material.
En este sentido, es curioso que la base de un sistema como el capitalista (=$) no sirva para que las personas que lo integran sean felices. Las pocas que tienen el poder y el dinero…
Cuando conoces personas de otras culturas que viven en lo que conocemos como miseria y no disponen de todas las comodidades de la mayoría de países del 1r mundo, aprendes que normalmente son más felices que tú. Y eso, con lo poco que tienen (al menos materialmente hablando).
El trabajo.
Nos educan para que invirtamos mucho dinero en unos estudios que nos permitan en un futuro conseguir un buen trabajo. Te hacen creer que si obtienes un buen puesto laboral y reconocimiento profesional el resto es secundario.
Esto no es así, en absoluto.
Cuando empezó a impulsarme la motivación deportiva, estudié un Máster en Dirección deportiva donde los profesores eran en su mayoría directivos de centros deportivos como gimnasios. El director del curso, era director general de una cadena de gimnasios de alto standing. El caso, es que este hombre, se iba de casa a las 8h de la mañana y no volvía hasta las 23h o las 24h y aún le quedaban correos por revisar.
Él decía que era feliz, que le gustaba su trabajo (obvio es que ganaba mucho dinero). No quiero ponerlo en duda, cada persona… Lo que sí estoy seguro es que su mujer y sus hijos no lo eran. Cuando priorizas el trabajo a la familia más cercana, no puedes ser feliz.
Además, cuando acabaron los estudios, este hombre fue despedido de este trabajo absorbente. Pero sé que luego siguió aceptando empleos de este tipo. Dudo que tenga tiempo para disfrutar de su familia y del ocio.
El caso opuesto, son las personas que dejan empleos de alto nivel para vivir la vida. Por ejemplo, tenemos a Francisco Po Egea, autor del libro “De ejecutivo a trotamundos”. En este libro, nos cuenta la historia que le empujó de una multinacional a recorrer el Himalaya.
La religión.
El miedo, es un gran protagonista en las vidas de muchas personas. En verdad, es un sentimiento tan extendido, profundo y fuerte que es un gran generador de guerras y actos centrados en la violencia entre personas.
Durante siglos, algunas personas controladoras de religiones se han aprovechado del miedo de la gente para ganar riqueza y poder.
Independientemente, las personas se aferran a alguna religión porque la creencia en algo supremo las ayuda a paliar el miedo que reina en sus vidas.
Obviamente, todas las personas son libres de creer en lo que quieran (sin imponer nada a nadie) siendo el respeto por otras culturas y religiones la base de una convivencia sana. Seguramente muchas personas creen ser felices mediante la fe.
No obstante, no olvides que lo más importante es creer en tus posibilidades para ser feliz. Todo está en tu interior, vive la vida sin miedo y sin aferrarte a nada más que no sea tu fuerza para ser feliz.
El amor.
Todo el mundo creemos, o nos hacen creer, que el amor es un sentimiento. Además, el más poderoso que hay.
Pero, como se lee en este artículo: El amor no es un sentimiento.
Ansiamos poseer el amor de una pareja, hijos, amistades, familiares… para ser felices. Incluso, hay personas que lo buscan en los animales porque están seguras que ellos no les van a fallar.
Así que, esperar que la felicidad provenga del amor que compartimos con alguien es un error. La felicidad está en tu interior. Primero, debes ser feliz contigo, debes quererlo ser. En caso contrario, no podrás amar a nadie ni nadie lo hará por ti.
Por ejemplo, piensa en una relación romántica que hayas tenido, una que guardas con buen recuerdo o en tu actual relación.
Todo es bonito y maravilloso, sobre todo al principio.
Pero, ¿qué pasa cuando la relación se acaba o esta persona desaparece de tu vida y se aleja por los motivos que sean? ¿Es que todo ha sido un fraude?
No, simplemente es que no puedes basar tu felicidad en las relaciones con otras personas. Ni busques en otra persona lo que a ti te falta.
Los beneficios del deporte
Hoy quiero descubrirte la gallina de los huevos de oro: el deporte.
Sí, con el nivel suficiente de motivación deportiva no sólo disfrutarás con el deporte si no que, además, ganarás los beneficios que el deporte puede aportar a tu vida.
Me gusta hablar sobre los beneficios del deporte porque gracias a ellos mi vida ha cambiado, exponencialmente a mejor. Por eso, quiero que otras personas se beneficien de ellos o impulsen su motivación deportiva para obtener más y mejores resultados.
De entre estos beneficios del deporte, vamos a hablar sobre algunos ejemplos:
La salud.
Es lo más importante en la vida de una persona, es lo único con lo que no podemos vivir. El deporte es una de las mejores soluciones (demostrado científicamente) para mejorar la salud.
Por ejemplo, entre otros muchos beneficios puedes conseguir: un aumento de la fortaleza del sistema inmunológico, una reducción del riesgo de muerte prematura o una disminución del nivel de estrés y ansiedad, así como de depresión.
Fuerza y energía
Cualquier deporte, incluyendo todos los tipos de actividad física, ayuda a fortalecer y mejorar la los músculos implicados en los movimientos. Obviamente, cuanto más esfuerzo mayor mejora.
Un cuerpo vigoroso siempre es síntoma de buena salud. Además, aumenta la autoestima.
Somos energía. Por eso, cuanto más en movimiento esté el cuerpo, mayor energía genera y así, se produce un flujo incesante que se retroalimenta.
Superar tus miedos
Vamos con el último de los ejemplos. En este caso, se trata de un efecto mental.
Practicar deporte o realizar alguna actividad física ayuda a equilibrar la mente y, con el tiempo, permite llegar a niveles superiores.
Los problemas cotidianos ya no son tan problemas. Ahora, los conviertes en retos que te propones superar.
Existen muchos más beneficios del deporte, si quieres saber más, haz deporte y lo descubrirás desde el primer momento.
4 Maneras de impulsar tu motivación deportiva
La falta de tiempo aparece como uno de los principales obstáculos para hacer deporte.
Aunque lo cierto, es que la pereza juega un papel importante en este sentido.
Por eso, lo que tienes que conseguir es impulsar tu motivación deportiva para poder superar tanto la falta de tiempo como la pereza que da practicar deportes.
1. De entrada, lo que se trata es de llevar una vida saludable pero sin pasarse.
Cabe recordar, que los extremos nunca son buenos. El deporte conlleva muchos beneficios, pero hay que disfrutarlo si no se convierte en una obsesión.
De hecho, ya se han establecido en el lenguaje términos en relación a trastornos que la obsesión por el deporte puede producir como la vigorexia.
Tampoco es bueno convertirlo en la primera prioridad de tu vida, hay que saber relativizar. Además, no es recomendable llevar a los límites tu actividad física. En este sentido, actualmente existe la tendencia de mucha gente que no ha hecho o ha hecho poco deporte en su vida y se han puesto a correr por la montaña ya no maratones, si no ultra maratones, o incluso Ironman o a practicar deportes basados en entrenamientos militares. En mi opinión, es completamente innecesario.
2. Sin prisas.
Para disfrutar mejor del deporte, diría que otra de las premisas para estimular la motivación deportiva de las personas es ir poco a poco.
Por ejemplo, si no has hecho mucho deporte o hace tiempo que no haces y decides empezar por ir a correr, no corras 20 Km. ni subas mucho desnivel. Lo que conseguirás es reventarte el primer día y que se te quiten las ganas.
De entrada, lo recomendable es escoger una actividad con la que te sientas bien practicándola.
Y luego, programar un calendario razonable para no realizar excesivos esfuerzos que puedan provocar lesiones o directamente el abandono. No te marques objetivos demasiado exigentes ni esperes resultados demasiado a corto plazo. Sé paciente.
Finalmente, a medida que tu cuerpo empieza a sentirse mejor en todos los aspectos comentados en el apartado anterior y otros, tendrás la capacidad para aumentar tanto el nivel de esfuerzo como el número de deportes que practiques.
3. Aire libre y naturaleza.
En mi caso, y cada vez surgen más, el deporte realizado al aire libre y en contacto con la naturaleza impulsa la motivación deportiva como no lo hacen otros.
Por ejemplo, estar atrapado en un gimnasio donde el aire está viciado y la actividad física se suele realizar en la misma baldosa de suelo todo el rato puede resultar claustrofóbico.
Cuántas personas coinciden en el palo que da ir hasta el gimnasio y que pagan una cuota sin amortizar el coste. La pereza, no es por el deporte en sí que vas a realizar (aunque puede que también) si no porque entras en un ambiente como hermético…
Además, pueden aparecer complejos cuando te comparas con las personas que pasan bastantes horas diarias cultivando un cuerpo fitness.
No es comparable correr en una cinta donde no te mueves de lugar y cuando bajas de la misma te mareas, a hacerlo por la montaña o en un parque rodeado de naturaleza, aire puro y con estímulos agradables viendo paisajes y no cuatro paredes.
La demostración está en que muchas más personas se enganchan a practicar deportes al aire libre que a pagar la cuota del gym. Ojo, que no es una crítica a los gimnasios, sino una apología a que los deportes al aire libre conllevan muchos más beneficios.
4. Encontrar tu motivación deportiva personal.
Este también es un punto muy importante. Para que todo este proceso no se convierta en algo excesivamente tedioso debes encontrar tu motivación principal.
Por ejemplo, esta motivación para aficionarte a practicar deporte puede ser la mejora de la salud, llevar una vida saludable o relacionarte con otras personas que buscan lo mismo. En cualquier caso, ser feliz.
Aunque también se pueden encontrar otras motivaciones más fuertes que te ayuden a impulsarte con gran fuerza. Esto, es según el caso y la persona.
A veces, un asunto personal es lo que se convierte en el mayor impulso para que tu constancia con el deporte sea óptima. Por ejemplo, un reto de superación para demostrarte que eres capaz de ser feliz si es lo que deseas. O para superar una situación traumática.
También puede ayudar encontrar un deporte con el que disfrutes y con el que te motives para levantarte cada día y poder practicarlo. Es fácil cuando algo se te da bien o te es de fácil acceso.
En definitiva, cuando aprendes a gestionar tu tiempo para ir practicando deporte, con cabeza y de manera que lo disfrutas, vas notando como cada vez te sientes mejor. Aquí, una gran parte se basa en el aumento de la felicidad y… ¿no es eso lo que buscamos constantemente?
Te animo a que hagas un esfuerzo en centrarte en aumentar tu motivación deportiva, porque al final tiene la gran recompensa de ser feliz.
