“Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino.”
Sigmund Freud
A veces todos nosotros podemos sentirnos como si estuviéramos atrapados en una rutina. La rutina diaria del trabajo, las tareas y la familia comienza a ser un poco “cansinas”. Tal vez nos detenemos en la misma cafetería cada mañana, tomamos el almuerzo en el mismo sitio cada día e invariablemente pasamos la noche hundidos en el sofá delante de la televisión o en el ordenador.
Si estás tratando de inspirarte – ya sea para un proyecto creativo o simplemente para buscar un cambio en la vida, una rutina puede trabajar activamente en tu contra. Tu mente se siente cómoda con el pedacito de mundo que ves todos los días y nunca te retas a ir más allá de tu zona de confort.
Aquí tienes algunas sencillas maneras para escapar de tu rutina habitual, estas te sumergirán dentro de un mundo más allá del modelo despertar-trabajar-casa-dormir, para ampliar así tus horizontes en busca de inspiración…
Toma una ruta diferente al trabajo
¿Te desplazas al trabajo (o la universidad, o la escuela de tus hijos, etc.) todos los días? Mi apuesta es que siempre tomas la misma ruta y es probable que te sientas un poco fuera de lugar si tuvieras que desviarte por otra ruta. ¿Por qué no salir una vez a la semana diez minutos antes y tomar una ruta diferente? Camina por una calle que nunca has pasado antes o realiza una parada para tomar un café en una parte diferente de la ciudad.
Esta es una forma muy fácil para darte una nueva visión del mundo: nuevas vistas, sonidos, tal vez gente nueva con quien hablar en el camino. Si tienes suerte, ¡puede que incluso encuentres que esa nueva ruta es mejor que la anterior!
Otra manera de alternar tu trayecto al trabajo es intentar otra forma de transporte. Si por lo general tomas el tren, puedes coger el autobús en su lugar (A menudo es más barato.) Si normalmente conduces solo, ¿Por qué no compartir el viaje en coche? Tú podrás ahorrar dinero y tener a alguien para charlar en el camino.
Pídele a un amigo que te recomiende un libro
La mayoría de nosotros somos muy conservadores con respecto a nuestros hábitos de lectura. Tal vez sólo lees novelas policíacas o nunca leerías libros de ciencia-ficción.
Pídele a un amigo o colega que te recomiende uno de sus libros favoritos – idealmente algo que haya cambiado su forma de pensar o que haya leído una y otra vez. Hazte con una copia y léela. Te sorprenderá cómo la misma desata nuevas ideas en tu cabeza o abre tu mente a una nueva forma de pensar
Realiza algo diferente en las noches
¿Están tus noches llenas de mensajes de correo electrónico por leer o de quehaceres? o ¿Pasas las horas de la noche a la deriva y sin rumbo por la casa, viendo la televisión y más o menos gastando el tiempo hasta que te vayas a la cama? Nada de esto es especialmente saludable.
¿Por qué no salir una noche, para variar? Esto puede hacer que tu noche sea un evento especial – te vas a la cama con una sensación de satisfacción por haber hecho algo interesante y agradable. Si tus fines de semana están ocupados con las obligaciones familiares, el salir una noche en la semana puede ser una gran manera de hacer algunas cosas lejos de tu rutina habitual: tal vez ir al teatro, a un centro comercial o incluso a un museo.
Toma un día libre
Una de las maneras más eficaces para romper con la rutina es tomar un día libre. Si no puedes pedir permiso en el trabajo para tomarte un día, usa un sábado o un domingo. Cancela todas tus actividades habituales y obligaciones y date permiso para hacer lo que quieras ese día. Ve a dar un largo paseo solo, escribe poesía, ve de compras, lee la novela del momento entera; acuéstate sobre la hierba y mira las nubes…
Si tú eres una de las muchas personas a quienes les resulta casi imposible identificar lo que realmente quieren hacer, aquí tienes algo que puede servirte para comenzar. Escribe una lista de las cosas que te gustaría hacer, ver o alcanzar. ¿Puedes hacer alguna de ellas en un solo día? Si estás realmente falto de ideas, trata de lanzar un dado o tira una moneda al aire. Lo que hagas no importa tanto como el hecho de que ¡tienes que hacer algo!
¿Alguna vez te has sentido atrapado en una rutina? ¿Sigues la misma rutina, día tras día? ¿Qué pequeños cambios puedes hacer?
